Las Elecciones Presidenciales y Parlamentarias de Chile de 2025 marcaron un nuevo y decisivo momento en la "Genealogía del Poder" del país, confirmando la profunda polarización y el permanente estado de disputa por el orden social que se inició con el Estallido de 2019.
Las elecciones se celebraron en primera vuelta el domingo 16 de noviembre de 2025, en conjunto con las elecciones de Diputados y la renovación parcial del Senado. La eventual segunda vuelta presidencial tuvo lugar el domingo 14 de diciembre de 2025. Por primera vez en unas presidenciales, y acorde a la nueva legislación, el voto fue obligatorio para los chilenos inscritos en el padrón nacional, lo que llevó la participación a cifras históricamente altas.
La contienda presidencial se centró en la pugna entre dos visiones antagónicas. Por un lado, la candidata del oficialismo y de Unidad por Chile, la ministra Jeannette Jara (Partido Comunista), representaba la continuidad del proyecto transformador, buscando la consolidación de los derechos sociales y la superación del modelo neoliberal. Por otro lado, el ultraderechista José Antonio Kast (Partido Republicano) se erigió como la figura de la reacción genealógica, prometiendo una defensa intransigente del orden, la seguridad y una versión extrema del neoliberalismo.
El resultado de la segunda vuelta, que se celebró el 14 de diciembre, dio la victoria a José Antonio Kast, quien fue electo Presidente de la República para el periodo 2026-2030. Esta victoria se interpretó como un golpe en la disputa por la hegemonía, desplazando al bloque de Apruebo Dignidad y revalidando una agenda que combina el orden autoritario con el fundamentalismo de mercado. Kast se impuso con una diferencia significativa sobre la candidata oficialista, en una elección caracterizada por una alta participación.
El triunfo de Kast, sin embargo, no cierra la "crisis orgánica" chilena, sino que la transforma. La genealogía foucaultiana nos advierte que el poder es una red y que el desafío del nuevo gobierno será lidiar con las fracturas sociales que persisten, la deuda pendiente en materia de derechos y la resistencia de los movimientos sociales. El proceso electoral de 2025 reconfiguró el mapa político, pero la lucha por articular un nuevo "régimen de verdad" y establecer una hegemonía estable continúa, ahora bajo una presidencia de ultraderecha.
@_Melchisedech
