Las hermanas Hadid son muy diferentes de muchas maneras a pesar de su gran parecido físico. La primera, que una es rubia y otra castaña; la segunda, que una ha orientado su carrera a firmas más mainstream mientras que otra cada vez es más cercana a nombres más exclusivos. Y, quizá, la diferencia más llamativa es que Bella Hadid rara vez sonríe frente a la sonrisa perenne de Gigi. ¿Timidez? ¿Pose? ¿Inseguridad? La modelo por fin ha resuelto en una entrevista con The Guardian el misterio de su eterno rostro serio.
"A veces me siento incómoda sonriendo a cámara. Hasta aproximadamente este año no terminé de entender realmente mi propio rostro", explica. "La gente me conoce y dice 'eres muy diferente a lo que me imaginaba'. La gente siempre me dice que parezco borde e intimidante en las redes sociales. ¡Pero me encanta hacer nuevos amigos!", cuenta sincera.
A sus 20 años, Bella tiene las mismas inseguridades que cualquier otra postadolescente de su edad. Sin embargo, esa seriedad que era fruto del propio desconocimiento de su rostro ha jugado a su favor y se ha convertido en su seña de identidad. Es más, se hace raro ver a la modelo reírse.
La imagen de sí misma que ofrece en las redes sociales también ha cambiado en los últimos meses, como cuenta: "Al principio era muy confiada. Ahora he dado un paso atrás. Así que publico cosas que son personales pero no muy personales, cosas que tampoco den demasiada información sobre mi vida. No sé, es un asunto espinoso. A veces siento que me estoy sobreexponiendo. Supongo que no debería haber tanta gente observando a una persona constantemente", expone un tanto inocentemente. Porque, con más de 14 millones de seguidores en Instagram, parece difícil pensar que habrá un solo momento del día en el cual alguien no esté intentando averiguar lo que hace.