El regreso a la escena pública de Manuel Bartlett Díaz como inminente director de la Comisión Federal de Electricidad (CFE), en el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ha traído todo tipo de comentarios y especulaciones.

Hay quien asegura que la paraestatal será literalmente saqueada por los seguidores del autoritario ex priísta con mala fama por ser el responsable de robarle la elección a Cuauhtémoc Cárdenas en 1988.

Otros más aseguran que se verá el declive de la paraestatal porque Bartlett ya no tiene las fuerzas para trabajar jornadas de 15 horas en un lugar que así lo demanda.

Y tienen razón.

Lo cierto es que en caso de consumarse la llegada de Bartlett a la CFE, el mismo López Obrador deberá amarrarle las manos a quienes se sienten cercanos a éste, por aquello del gusto por los negocios al amparo del poder.

Sin temor a equivocarme, la CFE será una de las dependencias más polémicas y corruptas del gobierno de López Obrador.

El autoritario Bartlett se sacó un verdadero premio al final de su carrera política, pues son precisamente la CFE y PEMEX las paraestatales más codiciadas por los políticos amantes del dinero público.

La historia de Manuel Bartlett es única: ambición, frustración, robo electoral, saqueo del recurso público, represión, represión y mucha represión.

Y lo que falta...