El líder del corrupto PRI Poblano, Lorenzo Rivera Sosa, sí, así se llama Lorenzo, intenta ocultar los delitos generados por la violencia hacia las féminas que durante décadas solapó su partido.

Hoy los priistas agonizan y están desesperados porque no tienen agenda propia, llevan 9 años con hambre y no regresarán al poder en los próximos 11 años.

Por eso su locura.

A propósito de la crítica que comentan los priistas por los feminicidios y delitos contra las mujeres , vale la pena que analicen la herencia que dejaron sus ex gobernadores acosadores (sexuales y laborales).

Vale la pena la violencia brutal que permitieron de sus militantes contra ellas.

Vale la pena que recuerden las golpizas que le daban (y dan), a sus esposas y amantes, las amenazas de todo tipo y los accidentes donde mueren las amantes....

Lorenzo es un cacique sin calidad moral porque en su casa no respeta ni a su familia y por eso quiere comprar el vestido de defensor de la mujer, algo que no siente.

Los priistas tienen hambre y están dispuestos a actuar y prostituir para servirle al poder.

Y los títeres como Lorenzo lo saben hacer muy bien.