El crimen cometido en la Universidad Iberoamericana plantel Puebla, es un claro ejemplo de que la comunidad universitaria es blanco del crimen organizado.
Y que la seguridad privada e interna de las instituciones es de ornato.
Varias son las líneas de investigación que tendrán que seguir las autoridades, pero destaca una: el narcomenudeo.
Para nadie es un secreto que la comunidad universitaria con recursos es blanco de la compra/venta de drogas y el crimen de este joven tiene toda la huella de un ajuste de cuentas.
Y ese tipo de ajustes son de gente profesional.
Las autoridades de la institución encabezadas por el grillero rector Fernando Fernández Font, carecen de un plan de seguridad y ayer cometieron delitos como privación ilegal de la libertad contra su comunidad.
En lugar de meterse al chisme barato, Fernández Font debe preocuparse y trabajar por la seguridad de los alumnos.