Eduardo Rivera Pérez y su conserje Adán Domínguez, pronto deberán entregar cuentas a la justicia por los más de 600 millones de pesos que desfalcaron desde el Ayuntamiento de Puebla.
Solo es cuestión de tiempo para que su ex tesorera Maribel Isabel García Ramos, sea capturada y en su declaración ante el ministerio público declare quién le ordenaba realizar operaciones ilícitas disfrazadas de asesorías y licitaciones espurias.
Eran múltiples los ingresos ilícitos de ambos sujetos, quienes a través de factureras, consultorías, moches de obra pública, extorsiones a giros negros y a jefes policiacos corruptos, se llenaban las bolsas de dinero ilícito.
También permitían que las bandas delictivas operaran a cambio de diversas cuota$$$$$ que recogían los mandos medios para los corruptos directivos policiacos.
Y en el SMDIF, Rivera encontró un nicho para fomentar la corrupción, mismo que le heredó a su conserje y socio sin importarles que sus mujeres tengan que enfrentar consecuencias legales. Total: ambos parece que ni las quieren porque se daban sus “gustos” personales ¿verdad k..ina?. Las despensas son la punta de ja madeja.
Otro que no debe escaparse cuando de corrupción se trata es Bernardo Arrubarena (a) “El Cepillín”, quien a través de todo tipo de compras con dinero público, exigía a los ganadores de las licitaciones y compras, la entrega del 10 % a través de sus empleados. Salió igual de pillo que muchos panistas.
Rivera Pérez y el conserje Domínguez vivirán una pesadilla que jamás imaginaron porque creyeron tener el manto protector de otro igual de corrupto que ellos: Miguel Barbosa.
Es tiempo de que se integre la carpeta de investigación para saber el grado de responsabilidad de cada uno.