EFE.- La ciudad de Nueva York aprobó el jueves pasado un paquete legislativo que reconoce un salario mínimo y otros derechos a los repartidores a domicilio de comida que trabajan para aplicaciones móviles, piezas clave de un negocio que se disparó con la pandemia de Covid-19.
Dicha ley, aprobada por el Concejo de Nueva York, impondrá a las empresas de reparto en la ciudad, como Grubhub, DoorDash o Uber Eats, que garantice las condiciones mínimas para los trabajadores a domicilio, muchos de los cuales son inmigrantes de origen latinoamericano.
Las nuevas normas no permitirán que estas empresas cobren a los “deliveristas”, como se les conoce en la comunidad latina, una tasa para cobrar sus salarios, o que les obliguen a correr con los gastos de los recipientes isotérmicos.
También garantizará que los repartidores tengan acceso a los baños de los restaurantes donde recogen la comida que van a entregar y obligarán a las compañías para las que trabajan que informen sobre su política de propinas.
La nueva ley también permite a estos trabajadores que establezcan ciertas restricciones de distancia o evitar zonas de reparto en sus itinerarios, sin que por ello puedan sufrir represalias.
Por su parte, los repartidores muestran beneplácito por estas nuevas reformas laborales.
“Esta ley supone mucho, tenemos ahorita muchísimos sentimientos amarrados aquí en el estomago, pero lo principal es que va a haber muchos cambios, nos vamos a sentir mejor, desde ya vamos a empezar a notarlo”, manifestó a Efe, Manny Ramírez, que trabaja desde hace cuatro años como repartidor.
Ramírez, que vive con su madre, su mujer -también repartidora- y sus cinco hijos, explica desde el ayuntamiento donde celebra esta decisión, que al día de hoy trabaja los siete días a la semana.
“Salgo de mi casa a las 8.30 de la mañana y regreso a mi casa a alrededor de las 11 de la noche”, dice después de explicar que en enero tuvo un accidente mientras repartía un encargo que le dejó postrado cuatro meses y que su mujer dejó de repartir cuando en marzo dio a luz.
Finalmente, la también concejal neoyorquina Carlina Rivera mostró en las redes sociales su satisfacción por el reconocimiento de estos derechos y expresó su deseo de que “esto sea solo es comienzo”.