Después de una declaración en los jardines de la Casa Blanca en la que denunció el vandalismo de la víspera, Trump anunció, para sorpresa general, que iría a un lugar “muy muy especial”.
Y a continuación, se dirigió a pie a la llamada “iglesia de los presidentes”, ubicada enfrente a la residencia presidencial, que tras los demanes del domingo resultó parcialmente dañada por un incendio y con grafitti.
Queman iglesia San Juan (1816) "la iglesia de los presidentes" ?? #EEUU #Washington frente a la casa Blanca pic.twitter.com/WjzPHzQUBg
— El Equipo ? (@xRADAGASTx) June 1, 2020
“Tenemos un gran país”, dijo Trump, con una Biblia en la mano.
“Es el país más grande del mundo. Y garantizamos su seguridad”, agregó poco después, junto al fiscal general Bill Barr y la portavoz de La Casa Blanca, Kayleigh McEnany.
Unos minutos antes de la llegada del presidente, la policía había evacuado a los numerosos manifestantes presentes en el sitio y en la adyacente Plaza Lafayette.