Jeanine Áñez, declarada presidenta interina de Bolivia, envió este miércoles al Congreso un proyecto de ley convocando a nuevas elecciones en un intento por pacificar el país tras la violenta jornada de la víspera en La Paz, que derivó en ocho muertes y elevó a 30 las víctimas fatales tras las fallidas elecciones del 20 de octubre.
“Este proyecto puede ser perfectible y sirve de base para el consenso”, dijo Áñez en una rueda de prensa en alusión a los legisladores del Movimiento al Socialismo (MAS), el partido del ex presidente Evo Morales, que controla la mayoría parlamentaria.
La Constitución establece tres meses para llamar a comicios una vez que asume un interino. El calendario de las futuras elecciones será definido por el nuevo Tribunal Supremo Electoral (TSE), cuyos miembros serán elegidos en los siguiente 15 días por los legisladores, explicó a su vez el ministro de Justicia, Álvaro Coimbra.
El Congreso no tiene un plazo definido para responder, pero se espera que sea pronto dada la urgencia del asunto.
La Asamblea Legislativa tenía previsto reunirse este miércoles en la noche.
La escasez de combustible está asfixiando a las dos ciudades de dos millones de habitantes y el control del deposito de combustibles de Senkata, en las afueras de El Alto, se ha vuelto el más reciente símbolo de la lucha entre el gobierno interino y los seguidores del expresidente. Los manifestantes piden la renuncia de Áñez, quien asegura que preside el gobierno con la única misión de llamar a nuevos comicios.
Antes del anuncio, desde la Organización de Estados Americanos (OEA) se exhortó a las autoridades interinas a convocar “urgentemente” a elecciones.