La cantante de 38 años, Britney Spears ha solicitado a la Corte de California que su padre Jaime Spears deje de ser su único tutor legal. La estrella pop no quiere que su padre sea su tutor ni se involucre en sus finanzas del futuro. En su lugar ha solicitado que dicha función continúe en manos de la abogada Jodi Montgomery, una profesional que asumió ese mismo rol hace un año de manera temporal debido a la enfermedad del padre de la artista.
“Britney se opone firmemente a que James regrese como el tutor de su persona. Más bien, prefiere que la señora Montgomery continúe en ese papel como lo ha hecho durante casi un año”, indican los documentos judiciales publicados por el diario Los Ángeles Times.
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En cuestiones económicas, también ha pedido que su padre se aparte y “que se designe a un fideicomisario corporativo calificado para desempeñar esta función”, probablemente un delegado bancario que gestione sus bienes.
Este miércoles habrá una audiencia virtual sobre el caso, que coincidirá con una manifestación de los admiradores de la cantante convocada en los juzgados de Los Ángeles bajo el movimiento #FreeBritney (Libertad para Britney).
Recordemos que, en abril de 2019, Britney volvió a ingresar en un centro de salud mental, según contó ella, por la angustia que le provocaron los problemas de salud de su padre y el16 de febrero de 2007, fue cuando ella misma se rapó la cabeza frente a las cámaras y también la de días después, cuando se enfrentaba a los paparazzi con un paraguas en la mano. En 2019 resucitó la controversia de que Jamie Spears aún era su representante y que la cantante no era libre de tomar decisiones. En la última década habíamos asistido al renacer de la artista, pero el anuncio de un descanso de los escenarios seguido de la noticia del ingreso paró de nuevo su carrera indefinidamente. Pero hay una cosa clara, si Britney pudo con sus crisis de 2007.