Hemos vivido en un engaño. Al parecer, Al Pacino en los 80, mientras rodaba Scarface o en su titulación al español Caracortada, no estaba esnifando el fruto prohibido de los dioses incas después de mucho procesamiento en una selva sudamericana. Aún peor, parece ser que todos esos héroes o antihéroes (dependiendo de tu código moral) que se inyectaban heroína, fumaban mota, esnifaban coca, fumaban crack y abrazaban la vida del desenfreno y las adicciones con amor y despecho, realmente no lo hacían en las películas rodadas en Hollywood.

Es mucho decir que siempre ha sido así, y si hubo un tipo que lanzó un juego perfecto en las grandes ligas de béisbol mientras se encontraba bajo el efecto del LSD, creo que no es nada arcaico decir que alguien en la historia de Hollywood logró la proeza de filmar una película entera bajo los efectos de la cocaína. Tal vez, una pregunta más acertada sería: ¿alguien lo ha logrado sin los efectos de la cocaína?

Entonces, vayamos por partes.

Tabaco (ciguis, pifo, pitillo, borito sabrosito)

En la época dorada de los cigarros, es decir, prácticamente la mayor parte del siglo pasado, no había problema con ingerir tabaco común y corriente en el formato que uno quisiera durante del rodaje de las películas. Sin embargo, eso tuvo que cambiar por culpa de unos cuantos llorones que impidieron la publicidad visual de nuestro amado tabaco alrededor del inicio de los 90.

Ahora los actores se inclinan por fumar cosas herbales que no causen el daño que el tabaco podría generar. Por ejemplo, el elenco de series como Mad Men y Boardwalk Empire o la producción teatral Jersey Boys, forzados a fumar prácticamente en dos de cada tres escenas, se inclinaron por fumar Ecstasy, una marca de cigarrillos herbales de pétalos de rosas, vainilla, polvo de clavo y más productos naturales que aseguran no ser adictivos.

Cocaína (perico, fifi, blanca nieves, caspa de satán, perro, blow, pase, esnif)

La amante escondida de muchos personajes de la farándula, esa pequeña fiesta encapsulada en no tan inocente polvo blanco que rige la economía del mundo tras bambalinas. Ella, la más blanca de todas las nieves, al menos tiene la nobleza de no ser específicamente difícil de encontrar su similar en apariencia en la vida diaria.

Según contó Jeff Butcher, especialista de accesorios en Hollywood, a él le gusta usar “una vitamina llamada inositol. Es una vitamina B de cierto tipo que es muy común en los estudios y te da un tipo de empujón energético, pero es muy leve”. A su vez, otros los elementos que uno puede encontrar típicamente para hacer un poco de caspa de satán son: leche en polvo, bicarbonato de sodio, polvo de bebé, laxantes para bebé y ángulos de cámara que podrían ser editados después.

Heroína (caballo, pico, buco)

Las escenas típicamente más fuertes de cualquier película que muestra el uso y consumo de drogas contienen un manchón típicamente coloreado por la heroína. Se puede pensar en películas como Requiem por un sueño y Trainspotting o en la afamada serie Breaking Bad.

Para ello, normalmente no es necesario poner ningún tipo de sustancia en especial dentro de una jeringa, ya que ésta (además de ser falsa) inclusive puede encontrarse vacía y ser editada en postproducción.

Marihuana (mostaza, mois, café, heno de satanás, coliflor tostada)

En el caso de juanita la amiga de todos, la coliflor que no te obligó tu madre a comer, se necesita algo con un toque que pueda engañar al espectador que no se trata de simple humo de cigarro. Para películas y series donde el uso de la mostaza es común, exagerado o santificado, se recurre a varios efectos que pueden dar una densidad de humo mayor.

En unos casos se arreglan los bongs para que parezca más sucio y con residuos, en otros, simplemente se consume lo que es denominado como buds, un tipo de marihuana legal que realmente consiste de mezclar diversos tipos de plantas legales para asimilarse lo más posible al tono, olor y efecto de la maría, aunque no necesariamente esto sea así.

Con información de VICE