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Daniel Osorno es recordado como uno de los mediocampistas más talentosos que vistió la camiseta del Atlas y como parte importante de la Selección Mexicana en los años 2000. Sin embargo, su vida dio un giro inesperado cuando decidió dejar todo para perseguir un sueño muy diferente: convertirse en cantante de música regional.
El gran salto a la fama futbolística
Osorno debutó oficialmente en 1997 con Atlas y se consolidó como un jugador clave en la Liga MX. Además, tuvo un papel fundamental en la Selección Mexicana, logrando títulos como la Copa Confederaciones 1999 y la Copa Oro 2003, donde marcó un gol histórico ante Brasil en la final disputada en el Estadio Azteca. Parecía tenerlo todo, pero su corazón apuntaba hacia otro camino.
La pasión por la música y el inicio de “La Pura Caña”
Tras cosechar éxitos en el fútbol, Osorno decidió apostar por su otro gran sueño: la música. Fundó su propia agrupación llamada “La Pura Caña”, con la que comenzó a presentarse en distintos eventos mientras aún era futbolista profesional. El proyecto creció rápidamente, pero también generó conflictos con su carrera deportiva.
Un sueño que le costó millones
El salto al mundo musical no salió como esperaba. Entre malas inversiones, préstamos a familiares y gastos sin control, Daniel Osorno terminó perdiendo cerca de 10 millones de dólares que había ganado como futbolista. Él mismo confesó que esta etapa marcó un antes y un después en su vida personal y financiera.
Sus números como futbolista profesional
En total, Daniel Osorno disputó 341 partidos y anotó 75 goles en su carrera, que incluyó etapas con Atlas, Monterrey y Correcaminos. Aunque no logró un título con los Zorros, su legado en el equipo tapatío sigue siendo imborrable, convirtiéndolo en uno de los grandes ídolos del club.
¿A qué se dedica hoy Daniel Osorno?
Actualmente, el ex jugador disfruta de su faceta artística, cantando en fiestas y organizando eventos. Además, maneja su propio salón llamado “Disco Dani Boy” y es embajador del Atlas en partidos de leyendas. De crack en la cancha a showman en el escenario, Daniel Osorno demuestra que los sueños se cumplen, aunque a veces tengan un precio muy alto.