Los Ángeles, EE. UU. – La presidencia de Donald Trump marcó un antes y un después en la política migratoria de Estados Unidos, desplegando un conjunto de medidas y un discurso nacionalista que, según analistas y activistas, revelaron una visión excluyente y supremacista de la identidad estadounidense. Desde la militarización de la frontera hasta la criminalización de comunidades enteras, estas políticas no solo desataron protestas masivas, sino que también pusieron de manifiesto las profundas contradicciones de un país que se precia de ser el bastión de la democracia y la libertad.
Militarización y la Sombra de la Criminalización. Uno de los aspectos más impactantes de la administración Trump fue el uso de la fuerza militar y la Guardia Nacional para contener las manifestaciones contra sus políticas migratorias, como se observó en Los Ángeles. Este despliegue, que según una encuesta de YouGov fue rechazado por el 47% de los estadounidenses, evidenció una clara tendencia hacia la securitización de la migración. La justificación oficial era mantener el "orden", a pesar de que numerosas organizaciones y testimonios denunciaron que las redadas del Servicio de Control de Inmigración y Aduanas (ICE) a menudo detenían a personas sin antecedentes penales, incluyendo residentes legales y ciudadanos.
El Discurso Antiinmigrante: Racismo Institucionalizado. La criminalización de los migrantes no fue un acto aislado, sino parte de una narrativa impulsada por el gobierno de Trump que, según activistas como Gretchen Kuhner del Instituto para las Mujeres en la Migración (IMUMI), asociaba falsamente a los migrantes con la delincuencia. Esta retórica legitimó políticas discriminatorias y buscó consolidar lo que Baruck Racine Arellano de Otros Dreams en Acción describe como un "Estado nación blanco y occidental". Arellano enfatiza la ironía de esta visión en un país construido sobre la explotación y exclusión de minorías. Las deportaciones masivas, que fracturaron familias y desintegraron comunidades establecidas por décadas, son un claro ejemplo de este enfoque.
La Hipocresía de la "Tierra de las Oportunidades". El ideal de Estados Unidos como la "tierra de la libertad y la prosperidad" colisiona abruptamente con la realidad de un sistema que privilegia a ciertos grupos. Arellano señala que las oportunidades distan mucho de ser accesibles para todos, especialmente para los migrantes del Sur Global. A pesar de que muchos indocumentados contribuyen a la economía pagando impuestos, la ausencia de una reforma migratoria integral los mantiene en la precariedad. Sin embargo, una nueva generación —sus hijos, ciudadanos estadounidenses por nacimiento— está alzando la voz en protestas, desafiando la retórica trumpista que busca estigmatizarlos.
Resistencia y Esperanza: El Auge de los Movimientos Proinmigrantes. Frente a estas políticas restrictivas, la sociedad civil ha respondido con una ola de solidaridad. Han proliferado redes de apoyo y "ciudades santuario" que ofrecen protección a los migrantes. Las movilizaciones multirraciales, como las presenciadas en Los Ángeles, han demostrado que el rechazo al trumpismo va más allá de las comunidades directamente afectadas. Kuhner subraya que la verdadera democracia estadounidense solo puede subsistir si reconoce su diversidad, un principio que las acciones de Trump intentaron negar.
@_Melchisedech