El arribo de Luis Videgaray a la Secretaría de Relaciones Exteriores del tirano gobierno de Enrique Peña Nieto, es una medida desesperada del peñismo para salvar su relación con el gobierno que encabezará Donald Trump.

Digo su relación, porque solo cuidarán los intereses de su grupo político que se prepara para hacer negocios desde Pemex y la CFE.

Videgaray es el cerebro de esos negocios al amparo del poder. A partir de ya, velará por esos interese$$$$. Es el tesorero del peñismo.

Luis Videgaray no tiene precisamente las mejores cartas de presentación, pues fue el principal responsable del pésimo manejo de la economía de México durante más de tres años.

Con Videgaray al frente de la Secretaría de Hacienda, el Peso frente al Dólar sufrió una de las peores devaluaciones.

Los indicadores en crecimiento económico, inversión e inflación también fueron fatales.

Ni se diga del aumento de millones de mexicanos pobres hundidos en la miseria.

Luis Videgaray llega por las circunstancias e ingenuamente el peñismo cree que nos salvará de las decisiones que tomará el presidente electo Trump.

Seguro hará nuevamente un pésimo papel pues es igual que todos los peñistas: cínico, incapaz, voraz y revanchista contra quienes reprueban a su cómplice, el Presidente Peña Nieto.

De nada servirá su llegada a Relaciones Exteriores, porque antes están sus intereses económicos.

Lo que es un hecho, es que Videgaray se convertirá en la servidumbre de Trump, por su acostumbrada sumisión que ha mostrado cuando están en juego los intereses del grupo de Peña Nieto.

Al tiempo.