El informe de gobierno de Andrés Manuel López Obrador dejó mudos a los grandes varones y vacas sagradas del PAN, PRI y PRD, porque saben que dejaron un país hundido en la miseria y corrupción.

Los Beltrones, los Gamboa, los Anaya, los Meade, los Deschamps, las Robles, los Peñistas, Foxistas, Calderonistas, Salinistas y todos los cómplices del gran aparato de corrupción que nivel nacional saquearon más de 80 años a México, prefirieron guardar silencio para que no los alcance el brazo de la justicia que AMLO prometió a los mexicanos antes de llegar al poder.

Y aunque ese brazo de justicia parece débil y no ha sido implacable, está en espera de actuar antes del 2021, para saciar esa sed de justicia que quieren los mexicanos.

Y es precisamente el combate a la corrupción, lo que López Obrador enarboló como una de las más fuertes acciones de su gobierno y les advirtió a esos corruptos dinosaurios prianistas cruzados con sus empresarios, que jamás vendrán esas canonjías y privilegios ilícitos que tuvieron porque está en proceso de consolidación la Cuarta Transformación.

Muchos han brindado apoyo al presidente AMLO por temor, interés o porque le sirven, pero lo cierto es que en un año de gobierno hay estabilidad económica, la inflación es inexistente y la caída del peso frente al dólar fracasó como lo deseaban sus enemigos.

López Obrador ha sido condescendiente con el crimen organizado pero habrá que esperar las acciones que realice en los próximos meses porque ese crimen organizado es el que alimentó el PRIAN.

Y para los actores políticos hoy empoderados, el informe de López Obrador es real, contundente, positivo y alienta a la gobernabilidad, estabilidad y consolidación del cambio de régimen político.

Por cierto: ¿dónde quedaron esos corruptos ex gobernadores que juraron amor a Anaya y Meade, ex candidatos presidenciales del PAN y PRI respectivamente?