El cuarto 439 del Hospital Betania, fue testigo cuando un drogadicto abogado de 49 años de edad llegó por un infarto debido a sus adicciones.

Fiel a su costumbre, alardeó sus ínfulas políticas como cuando fue secretario de gobernación y le exigía/robaba a sus empleados, parte de su salario como acostumbra.

El borracho y drogadicto abogado libró la muerte y juró desde entonces apoderarse del Tribunal Superior de Justicia, para terminar de enriquecerse ilícitamente desde ese cargo.

Para eso se puso a las órdenes de Rafael Moreno Valle, de Tony Gali y hasta de Martha Érika Alonso, a los que el drogadicto tipo les daba risa.

Y fue en el equipo de transición del actual gobernador Miguel Barbosa, cuando creyó que su servilismo sería suficiente para alcanzar su sueño eterno.

Pero el gobernador Barbosa conoce perfectamente al drogadicto y sabe que corrompería al TSJ. Y también lo traicionaría.

Y por eso el drogadicto ha enloquecido, al grado de poder sufrir un segundo infarto. Ha prometido que hará modificaciones legales y que su recompensa será con creces porque sus locuras son un tesoro para Barbosa.

Y si no digo el nombre de este corrupto sujeto es porque no lo merece, pero es importante que la sociedad sepa que un drogadicto cree merecer el TSJ.

¿Saben a quién me refiero?