La razón por la que Jesús Rodríguez Almeida no se convirtió en Gobernador Interino fue porque tuvo como principales operadores a Marko Cortés, líder del PAN y Max Cortázar, vocero de la campaña de Martha Erika Alonso.
Ambos impusieron e impulsaron a Almeida como la única carta del morenovallismo para gobernar desde el interinato y ya se ve de qué tamaño fueron los resultados.
Max y Marko desplazaron a todas las tribus panistas e impusieron a un personaje que les convenía por su oriundez: la CDMX.
Creyeron que la promesa de Olga Sánchez Cordero era suficiente para confiar con retener el gobierno. Los chamaquearon literalmente.
Por eso y por querer jugar con una sola carta, Max y Marko se aferraron tanto porque sabían que nadie más obedecía a sus intereses personales.
Hoy Almeida ya no vive en Puebla y sus promotores están ocultos ante la caída de quién solo fue una ocurrencia. Nada más.