El crimen del alcalde electo de Nopalucan, Félix Aguilar Caballero deja entrever que la delincuencia organizada sigue conquistando importantes espacios políticos.
Me atrevo a asegurar que en general, incluso ha rebasado a las autoridades de todos los niveles.
De nada han servido los candados impuestos a los partidos políticos para evitar que la narco política nos gobierne.
Decenas de casos han sido expuestos y las autoridades prefieren el silencio.
No hay un solo partido que haya sido burlado o seducido por los miembros de grupos criminales, quienes se disputan de manera violenta cada rincón de nuestro país.
Hay voces (presidentes, gobernadores, senadores y alcaldes) que dicen rechazar a los selectos miembros de la delincuencia organizada, pero son quienes los solapan.
La realidad es que hoy tenemos que aprender a coexistir y convivir con ellos y mi única apuesta es que se matan de manera sangrienta y violenta principalmente entre ellos.