El gobernador del Banco de México, Agustín Carstens, ha presentado su renuncia al cargo. El economista dejará el banco central mexicano a partir del 1 de julio de 2017, después de estar al frente de la entidad durante siete años. Carstens ha aceptado la invitación para trabajar como gerente del Banco de Pagos Internacionales.
La salida de Agustín Carstens, símbolo de la estabilidad financiera mexicana, fue vista por el secretario de Hacienda, José Antonio Meade, como un ascenso y una consecuencia del prestigio alcanzado por la gestión del gobernador. Meade, que anunció una “transición ordenada”, insistió en que la elección de Carstens para el nuevo puesto refleja la fiabilidad que generan las finanzas públicas mexicanas. “Es un orgullo para el país y una muestra del talento de Carstens”, señaló Meade.
El presidente del BBVA-Bancomer, Luis Robles, el mayor banco de México, se expresó en un sentido parecido y se mostró "muy tranquilo" con la sucesión. “Hay muchos candidatos que pueden ocupar el puesto”, dijo en un foro organizado por Bloomberg sobre el futuro de la economía.
Carstens se encargado en los últimos años de la política monetaria del país con una moneda emergente que entra en convulsión ante los cambios económicos globales.