Después de los perjuicios ocurridos durante la última marcha en protesta por el caso Ayotzinapa, el mandatario mexicano exhortó a las personas que asistan a la marcha para conmemorar los lamentables acontecimientos del 2 de octubre de 1968, a que sea una “manifestación pacífica, que no se afecten comercios, que no haya violencia y que se cuide el patrimonio histórico”, así lo pidió el presidente.

El presidente recordó que su gobierno no es un gobierno opresor y por lo tanto pidió a los manifestantes actuar conforme a reciprocidad, además hizo un llamado a estar alerta por la inclusión de posibles provocadores infiltrados que busquen ocasionar desastres, “que los aíslen y los mantengan separados” señaló López Obrador.

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Respecto a la prevención para evitar daños a edificios históricos, el presidente no dio muchos detalles del operativo, sólo se limitó a decir que habrá vigilancia sin represión y que Claudia Sheinbaum prepara una logística con cadenas humanas ciudadanas que ayuden a evitar la violencia.