Hasta el momento son ya tres hechos que revelan que el alcalde Palmar de Bravo, Pablo Morales Ugalde, está en la mira de las autoridades ministeriales federales y estatales.

El más reciente caso ocurrió el del pasado fin de semana durante un operativo del Ejército Mexicano y de la Policía Estatal, con el aseguramiento de una bodega donde había al menos 60 contenedores para almacenar combustible robado.

El asunto es que esta bodega de huachicoleros estaba a una calle de la oficina del alcalde de Palmar, unibada en calle Elena Luna esquina con calle 2 Poniente. Esto resulta sospechoso, porque a 100 metros está la Presidencia Municipal y la Comandancia de Policía, las cuales supuestamente no se daban cuenta que llegaban camiones y camionetas con gasolina robada.

Otro hecho en esta semana, fue el operativo del Ejército y del Sistema de Administración Tributaria, por el que clausuraron 7 gasolineras, tres de las cuales son del alcalde de Palmar de Bravo, unas se encuentran en Tecamachalco.

El mes pasado Pablo Morales acudió a rendir su declaración en calidad de presentado ante la Fiscalía General del Estado de Puebla, tras el operativo en La Encrucijada, donde fue detenido el edil de Atzitzintla.

El alcalde de Palmar ha dicho insistentemente que él no tiene nada que ver con las bandas de huachicoleros y que en sus gasolineras se comercializa combustible de procedencia lícita.