El Real Madrid firmó en Cornellà su decimosexto triunfo consecutivo en LaLiga. James Rodríguez fue uno de los grandes protagonistas del encuentro al anotar el primer gol del partido, el que abría el triunfo. La entrada del colombiano al equipo titular significó también un significativo cambio táctico en el equipo blanco.

Zinedine Zidane reconoció ante los medios que los merengues dibujaron un esquema novedoso ante el Espanyol con dos atacantes escalonados, y donde James ejerció de mediapunta, en un 4-4-1-1, por detrás de Karim Benzema, en una posición más natural para el talentoso futbolista cafetero, con más libertad de movimiento y más cerca de la meta contraria, como un auténtico '10', haciendo honor al dorsal que porta en su espalda.

Si algo está demostrando el entrenador galo es su capacidad de mutar la pizarra en función de las piezas que tenga disponibles. El Real Madrid ya ha jugado en lo que llevamos de curso con el 4-4-2, 4-3-3, e incluso está practicando con el 4-1-4-1, dada la capacidad de Casemiro de abarcar terreno como único pivote, si bien esta opción está pendiente ahora del alcance de la lesión del mediocentro brasileño, el único puramente defensivo dentro del plantel madridista.

A pesar del notable papel de James como enlace entre la medular y la delantera, su protagonismo estará condicionado por la vuelta a la convocatoria de la 'BBC', el cual provocará el regreso del Real Madrid al habitual 4-3-3, donde el tridente formado por Benzema, Bale y Cristiano encaja a la perfección, aunque esta decisión sacrifica de nuevo las opciones de James de destacar en este Real Madrid que se adapta a sus estrellas.