Aunque México no cuenta con una marca propia de vehículos, el país es el sexto lugar a nivel mundial en la producción de vehículos de carga, por lo que es imperante reducir las cargas fiscales y regulatorias en la política interna para este sector, que generan un estancamiento en el abasto de sus productos para el mercado nacional.
Así lo exigió el propio presidente de la Confederación de Cámaras Comerciales (Concamin), Francisco Cervantes Díaz, ante la secretaria de Economía del Gobierno Federal, Graciela Márquez Colin, que acudió a la inauguración de la Décimo Octava Edición de la Expo Transportes Anpact 2019, tras revelar que tan sólo en el 2017, este sector representó el 2.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) del país y el 18.3 por ciento del sector manufacturero fortaleciendo así más de 156 actividades económicas relacionadas con el transporte público.
Además, dijo que gracias a la producción de camiones de carga, autobuses y tractocamiones como de los motores a diesel para esas unidades, el sector manufacturero del país ocupa el séptimo lugar a nivel mundial, de ahí que México sea un país emergente y socorrido por empresas extranjeras para colocar fundamentalmente industria automotriz en su territorio.
Es por ello que insistió que uno de los principales retos a los que se enfrenta este gremio, es el que representan las políticas públicas, dos de las cuales tienen que ver con el desarrollo de la misma, la primera de ellas, refiere a la problemática de la inseguridad, cuando los trabajadores del volante se enfrentan a situaciones graves de robo y hasta secuestro de ellos mismos, y a grandes pérdidas económicas por el robo de la mercancía.
Pero también se enfrenta a la disyuntiva de la política fiscal o la búsqueda de su regulación, en la que se imponen medias de carácter federal que hacen que el sector en algunos años o momentos se contraiga para poder cumplir con esas obligaciones, lo que origina, a su vez, un encarecimiento directo de los productos que se distribuyen por el país, o que exista problemas de abasto.
De ahí que Cervantes Díaz señalara que un transporte mal regulado, puede afectar la economía de una región, ya que también los transportistas se enfrentan a las regulaciones que imponen los estados y los municipios, por lo que el llamado lo hace para los tres niveles de gobierno.
“El transporte de carga presenta retos a futuro, entre los cuales destacan no sólo el de la seguridad como se ha dicho en repetidas ocasiones, sino en el marco de las regulaciones, que generarían un golpe severo a la economía de las entidades o de una región en concreto”.
Las consecuencias de imponer medidas regulatorias al sector transporte en el país, agregó, provocaría un desabasto de productos básicos como son medicinas o alimentos, que se traducirían en una catástrofe económica, por la aplicación de malas políticas para este sector que van incluso impuestas por ideologías que no ayudan a desarrollar al sector, sino a pararlo.
Finalmente y en materia de ecología, el empresario dijo que los Incentivos verdes es una propuesta que lanza el sector transporte en México, con el fin de tener una flotilla de camiones más amigables con el ambiente, pero que éste debe ir parejo a las acciones que emprende el estado para mejorar la calidad de las gasolinas, así como el crear esquemas de financiamiento para impulsar las actividades productivas de la pequeñas y medianas empresas que requieren de este servicio y que no pueden adquirir unidades por sus altos costos, y que requiere de plantear mejores programas para hacer llegar a ese sector productivo la flota que requieren para fortalecer su producción en pro de reactivar la economía, ahora más que nunca, ante una probable recesión económica mundial.
