Dicha falla geológica de hasta un kilómetro, abarca de la zona de Covadonga hasta las Autopista México-Puebla, tramo en que a través del uso de un drón, se ubican asentamientos humanos que pueden estar en peligro.

Para determinar si hay desplazamiento de placas y en consecuencia riesgos, Ignacio Muñoz, geofísico del Centro de Estudios y Vinculación de Geociencia de la BUAP, recomendó realizar un estudio adicional a esta falla tectónica encontrada durante la elaboración del estudio satelital del Atoyac, para poder determinar su nivel de peligrosidad.

Indicó que se tiene identificar si esta falla geológica se encuentra activa; es decir, que presente desplazamientos, pues de ser así, se corre el riesgo de generarse desprendimientos de tierra que ponen en peligro a un número importante de personas asentadas cerca de este lugar.

El especialista destacó que al momento sólo se ha descubierto un kilómetro de la falla geológica, por lo que es fundamental ampliar el estudio para que a más tardar a finales de año, se tenga identificada la distancia total y si su comportamiento es peligroso.

El integrante del centro de Estudios y Vinculación de Geociencia aceptó que en este momento no es posible determinar la peligrosidad de esta falla en el suelo, por lo que se requiere de la instalación de una red de Estaciones de Monitoreo de Aceleración Sísmica que permita detectar desplazamientos en el lugar.

Ignacio Muñoz precisó que al parecer la falla geológica viene desde la era Mesozoica y que por el paso del tiempo ha quedado oculta por debajo de la tierra o por el mismo crecimiento de la flora.

Por ello, señaló que dentro del estudio que se ha solicitado a la geografía del Río Atoyac, se planteará incluir el estudio geológico-estructural para obtener indicadores que sirvan incluso para incluirlo dentro del Atlas de Riesgo de la capital poblana.

Al final, reiteró que este estudio tardaría al menos tres meses, por lo que con el apoyo adecuado se obtendría un beneficio para las autoridades en materia de factores de riesgos.